jueves, 24 de abril de 2008

Las golosinas son especialmente atractivas para los niños pero su consumo excesivo tiene una serie de consecuencias:
Su elevado contenido en azúcar provoca la caries dental y otras enfermedades de la dentición. Su consumo fraccionado entre comidas produce la pérdida frecuente del hambre, hecho que repercute en una alimentación deficiente y poco saludable. Es conveniente leer la letra pequeña de los envases de las golosinas ya que contienen estabilizantes, colorantes, aditivos y conservantes. Si no están envasados correctamente, podemos encontrar también hongos y levaduras en su superficie, los cuales pueden provocar cuadros alérgicos en personas predispuestas o pueden actuar como laxantes. Por estos motivos, es recomendable:
Moderar el consumo de golosinas, reduciéndolo a una vez a la semana. No utilizar golosinas como recurso fácil para premiar a los niños. Con imaginación, organizar fiestas de cumpleaños sin golosinas. Preservar a los niños y niñas de la publicidad televisiva de estos productos. Mantener una buena higiene bucodental con el cepillado de los dientes, especialmente después de consumir golosinas, y seguir un control periódico con el dentista.

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