lunes, 15 de septiembre de 2008

Nos rendimos los dos al fingir como tontos que yo era su marido y que ella era mi mujer pèro al cabo de un tiempo yo no queria ser su esposoy ella quiso volver a ser la dama infiel ahora ella esta feliz volvio con el idiota yo recorro las calles buscando otra mujer y aprendi que mentirse tiene patas muy cortas que siempre la costumbre va a matar al placer va a matar al placer.

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